Amelina y el Milagro de la Bipartición


En una gota de agua olvidada sobre una hoja de lechuga, vivía Amelina, una ameba redondita, transparente y un poco pegajosa, como debe ser.

Pero Amelina tenía un problema existencial muy serio:
estaba sola.

Nadie para compartir su citoplasma, nadie que entendiera sus monólogos mitocondriales, nadie que dijera “buenos días, núcleo hermoso”. Solo burbujas, bacterias esquivas, y algún paramecio que pasaba sin saludar.

—Estoy harta de ser una ameba singular —suspiró una noche mientras flotaba dramáticamente—. ¡Quiero compañía! ¡Quiero… bipartirme!

Ahora, las amebas sí se biparticionan. ¡Es lo que hacen! Pero Amelina… no podía. Tenía un gen misteriosamente vago que decía: “mañana lo hago”. Era una ameba con pereza celular crónica.

Pero Amelina era también una ameba de fe.

Así que decidió comenzar un entrenamiento intensivo:
¡Operación Bipartición!

Día 1: Hizo yoga citoplásmico.
Día 3: Meditó sobre su membrana.
Día 5: Gritó al vacío:
—¡¡Divídeme, oh universo!! ¡Hazme dos!

Nada.

Día 7: Se inscribió a un taller de visualización celular positiva. El coach era un protozoo con gafas que repetía:
—“Si lo piensas, lo replicas”.

Y entonces… ocurrió.

Una noche, bajo la luz mística de una linterna olvidada, mientras cantaba su mantra (“Om citoplasma nom nom“), Amelina empezó a temblar…
¡Su núcleo se agitó!
¡Su membrana vibró como gelatina en discoteca!

—¡ESTÁ PASANDO! —gritó (mentalmente, porque no tenía boca).

Y ¡paf!, con un sonido cósmico apenas audible (como una burbuja discreta), se dividió.

Cuando abrió sus… lo que sea que use para percibir, ahí estaba:
Una ameba idéntica a ella, flotando a su lado.
—Hola —dijo la otra—. Me llamo Meli.

—¡Lo logré! —lloró Amelina (de forma acuosa).
—Sí, pero… ahora hay que decidir quién se queda con la playlist de pensamientos.
—¡Ni lo sueñes, yo inventé el jazz mitocondrial!

Desde entonces, Amelina y Meli son inseparables. Bueno, separables técnicamente, pero muy amigas.

Abrieron un canal de microcontenidos motivacionales: “Amebas con Propósito”, donde enseñan a otras células que, con voluntad y un poco de mística, hasta lo más blandito puede cambiar el mundo.

Y si un día te comes una hoja de lechuga y sientes que algo te da esperanza desde el fondo del plato… tal vez sea Amelina, susurrándote:
“Tú también puedes bipartirte, criatura cósmica.”

Si una ameba pudo partirse en dos y encontrar sentido, tú también puedes dividir tus miedos… y multiplicar tu magia.


¡Gracias por leer “Amelina y el Milagro de la Bipartición“! Esta es una historia de una serie creada para lectores ávidos y estudiantes de español que desean disfrutar de relatos cautivadores mientras practican el idioma. ¡Sigue atento para más historias y consejos de lenguaje que enriquecerán tu aprendizaje!

Explora más cuentos cortos en español e inglés visitando la sección de:
Short Stories / Cuentos Cortos


💭✨💫

Cuando el mundo pierde su brillo, tu mente vaga inquieta o tu corazón carga un peso invisible, deja que una historia abra la puerta a lo imposible. Solo una página, una frase, una palabra… y de pronto estás en otro universo, donde la imaginación pinta lo ordinario con colores de ensueño y transforma los instantes más simples en pura magia.


Leave a comment

Trending